El reloj de la gallinita (actualización)

Esto pasó ayer, y me veo en la obligación de citarlo. La multinacional Samsung, cierra «por sorpresa» su fábrica de teléfonos celulares (móviles) en Barcelona, Cataluña, España (y otra en el Reino Unido) y muda su producción a China y Eslovaquia. La mayoría de los empleados se enteraron por la televisión. Otra multinacional, Philips, también aunció su retirada hace unos días. Todo esto, pese a las ventajas fiscales que el estado español ofrece para que se establezcan en el país. Samsung se compromete a contratar a una agencia para recolocar a los 446 empleados (calificados) antes de marzo del 2005, probablemente es para palear un poco la mala imagen. Por su parte, las reacciones iniciales del gobierno de Cataluña, es el llamado al boicot de los productos de la multinacional. Creo que, tristemente, estas escenas se repetirán.

Si no habías leído la nota anterior, este es el link a El reloj de la gallinita

Por qué invertir en marte…

…pues para enterarnos cómo quedará nuestro propio planeta dentro de unos años. Para muestra, les dejo algunos datos del estudio del Worldwatch Institute.

  • Un ciudadano medio de occidente (el 12% de la poblacion mundial), consume 10 veces más electricidad que un chino, 20 veces más que un indio y 150 veces más que un nigeriano.
  • Sólo en Estados Unidos hay 204 millones de vehículos para 191 millones de conductores
  • El gasto de los occidentales en comida para mascotas, es de 17.000 millones de dólares al año. Para la lucha mundial contra el hambre (humana) sólo se invierten 19.000 millones.
  • Anualmente se dedican 10.000 millones de dólares en la potabilización del agua de los países pobres, mientras que los ciudadanos de los países ricos se gastan 14.000 millones en cruceros.

Si todos los países de la tierra copiaran el ritmo de consumo del mundo occidental, se necesitarían 2.5 planetas tierra para satisfacer dicha demanda.

Libros Clasificados

Siempre me he preguntado, por qué los libros no tienen un sistema de clasificación por edades, como las películas o los programas de televisión.

Creo que los libros lo necesitan aún más. A ver: Hay libros teóricamente dedicados a los niños que los adultos no deberían leer, por salud. Y otros, que aunque tratan temas adultos, no todos éstos pueden aprovechar, por simple incapacidad de comprensión. Quiero decir, la mayoría de edad legal, no es una medida adecuada para clasificar las lecturas, tiene que ver más con una mayoría de edad mental.

En muchos libros, me he topado con un muro infranqueable en la décima página, mientras que otros amigos, mayores que yo, los leen fluidamente, como Condorito. También pasa al contrario, – y eso tiene que ver con lo de las madurez mental – llegamos a cierta edad en la que podemos disfrutar mejor de las obras que, supuestamente, eran para niños y nos aburrían en su momento. Así le ha pasado a mi amigo cyberf.

También existen libros que sólo deben ser leídos, en determinadas etapas de la vida. Deberían incluirse notas como: “Para un mejor aprovechamiento, léase luego de ser padre.” O advertencias como, “A su propio riesgo, ciertos pasajes de esta obra pueden herir la susceptibilidad de algún lector”. Noten que ni los libros de contenido erótico o sexual tienen ninguna advertencia, a fin de prevenir a los incautos. En fin, los libros se venden sin récipe, y la dosis queda a juicio de un facultativo inexistente.

Así que, lo que lees depende mucho del azar y poco de la orientación. Dar con el libro o autor que te enganche, sigue un camino de descubrimiento tan imprevisible, como el que te lleva a hallar, jubilosamente, el escondrijo que oculta las revistas-prohibidas con tetonas en cueros, de tu hermano mayor.