Vacaciones pagadas

Cuando el Frente Popular francés instauró la entonces contranatura disposición de reconocer el derecho de los trabajadores a, unos días al año, cobrar sin trabajar, realmente creía que estaba llevando a cabo una acción progresista, pero a mi me da que no fue más que una jugada maestra del capitalismo para sentar las bases de otra industria, la del turismo masivo. Y es que si nos ponemos teóricos, el concepto del flujo circular de la renta es implacable.

Además, en esa nueva industria, los que menos tendrían derechos serían sus empleados directos, que estarían sometidos a la temporalidad y sueldos precarios. Vamos, una versión rebuscada de la explotación del hombre por el hombre cómo se decía antes.

Bueno… al comentario banal al que iba: la cosa está en que yo acuso directamente a los Acuerdos de Matignon de tres exasperantes consecuencias de la masificación del descanso producidas por las vacaciones pagadas. Los comedores atronadores en los que se engulle como si no hubiese mañana, las playas con espacios solo aptos para contorsionistas y  su invento estrella, los amores de verano. Todas ellas pequeñas tragedias de occidente a las que nadie en su sano juicio renunciaría.

!Lo que dirán de nosotros los antropólogos del futuro! Vergüenza.

Pequeñas tragedias veraniegas XI.

imageLe despidieron un lunes a las once y cinco de la mañana, justo un día después de cumplir cuarenta años y de reintegrase al trabajo luego de unas muy esperadas y felices vacaciones familiares. Era ese tipo de coincidencia a la que los guionistas recurren sin pudor cuando una historia se les está quedando sosa, y que sólo resulta verosímil si la protagoniza Will Smith.

Por esos días Antonio se aprendió de memoria la irregularidades que aportaba el gotelé al techo de su habituación y desarrolló la habilidad de andar a oscuras por la casa luego de semanas de práctica como forma de combatir el insomnio. Lo que lamenta Antonio, es que los políticos de su país, sin excepción, estén muy por debajo de la altura de su tragedia y sigan discurriendo como si aquí no hubiese ni un alma en paro.

Tal vez el problema sea que elegimos a gente extraña, y sabrá Dios a cuento de qué: Gente que da la impresión de ir por la vida sin tener la más mínima idea de a qué huele la mierda ajena.

The Admiral’s page

FlightControlApolo

The Admiral’s page:

This was the established [US]Navy practice of using a short, visually convenient executive summary so that «the admiral» would not have to «wade through the morass» of a long report.1

Simplificar es un recurso muy utilizado para exponer un tema que escapa a la compresión del destinatario. Especialmente, si éste tienen que tomar una decisión al respecto. El problema es que es tan recurrido como peligroso.

En los frenéticos años de la Carrera Espacial, muchas Admiral’s Pages fueron generadas por los ingenieros para lograr vender sus ideas y puntos de vista sobre la selección de la forma de hacer las cosas que nunca antes se habían hecho. Pero hay algunas que dicen mucho sobre la capacidad de los que tomaban las decisiones. Suelo citar como ejemplo la imagen que encabeza esta nota. No se pierdan la señalización de la ventana (en efecto un componente del sistema) y el rotular la figurita del astronauta, por si había dudas. Esa imagen es la simplificación de esta otra, que representa toda la complejidad:

ElComplejo

Lo mejor del asunto es que la mayoría de estos informes se preparaban para Militares y Políticos. Que poco hemos cambiado.


  1. Enchanted Rendezvous, by James R. Hansen. Monographs in Aerospece History Series #4
    Traducción: Esta fue la práctica establecida en la marina de guerra [Estadounidense] de utilizar un breve resumen ejecutivo, visualmente conveniente para que «el Almirante» no tuviese que «caminar a través de la ciénaga» de un largo informe.