En la primera mitad del siglo XX, circularon en España, unas cartas muy ingeniosas y retadoras para los carteros. En ellas las direcciones no se colocaban de manera clara y explícita, por el contrario, se indicaban a través de fotografías de los destinatarios pegadas en los sobres, acertijos, adivinanzas y hasta versos. Dado que no había ninguna ley que las prohibiera expresamente, éstas terminaron por convertirse en «un caso extremo y simpático de los problemas con los cuales los carteros se podían encontrar», además de las inclemencias del tiempo, la letra ilegible, etc.
Es curioso, pero el cuerpo de correos se lo tomaba con el mejor de los talantes, y cada vez que llegaba un carta de éstas, la enviaban a un «comité de sabios», integrado por carteros que conocían al dedillo la geografía postal, para que las descifraran. (Yo imagino que con unas cervecitas para invocar a sus ancestros.)
Realmente, sólo los sobres eran jeroglíficos, no su contenido, es decir, los destinatarios eran desconcidos a priori, un misterio pues. Precisamente es esa la interpretación que le doy a las cartas para haber llamando a mi blog Cartas Jeroglíficas: Desconozco los destinatarios. Vamos, que a algunos de ustedes si que les conozco, pero en general no sé a quién le llegarán los mensajes, en quienes despertaré interés.
También he intentado enterarme si han existido columnas de opinión, revistas, panfletos, películas o cosas por estilo que se hayan llamado así, pero no he encontrado casi nada.
Tengo fiebre del tema, y realmente no he encontrado muchas fuentes de investigación. De hecho no sé cuál fue su origen o si fue un fenómeno que se haya extendido por otros países. Aunque no me imagino que en países de talantes no latinos este tipo de iniciativas hubiese prosperado.
La única colección que conozco está en la nave central del Museo Postal y Telegráfico de Madrid. Aquellos a quienes le guste la historia de la comunicación humana, como a mí, les sugiero una visita. He colocado a la derecha una imagen de una carta, una facilita (a ver si se animan), si le dan click la pueden ver un poco más grande. Esta es muy sencilla, porque el nivel de sofisticación de los remitentes es impresionante, hay unas incluso que además de jeroglíficas son cinéticas, hay verlas de una manera particular para entenderlas.