«as a voice in the wilderness»

J-HouboltEs bueno que te lleven la contraria. Es un sano hábito aprender a gestionarlo como algo positivo que ofrece oportunidades para cotejar tus puntos de vista. El problema es que se requiere mucho entrenamiento para desbrozar las formas y quedarte con lo útil, porque cuando alguien lleva la contraria a otro suele hacerlo en términos tan pasionales que el mensaje se pierde en el ruido o la indiferencia.

Para llevar la contraria, especialmente cuando se sabe que se tienen razón, también se requiere un tipo especial de personalidad y mucha espalda para aguantar los adjetivos típicos de necio y obstinado. Y es, ciertamente, un sufrimiento personal estar completamente seguro de que algo es como es y que nadie más lo vea.

A John Houbolt, el señor de la foto y unos de mis personajes favoritos del Programa Espacial Estadounidense, le pasó durante algunos años y logró imponerse. De hecho, sin su obstinación el hombre no hubiese llegado a la Luna, al menos no en tiempo y de una forma tan elegante como lo hizo. Cuando Kennedy soltó el reto de ir tal lejos, los ingenieros con más experiencia lo vieron claro: Fuerza Bruta. Un cohete enorme para hacer un viaje directo y ya está. Pero Houbolt no lo veía, sabía que no era viable en costo y tiempo y que su apuesta de hacerlo por partes y con naves más pequeñas y con una órbita previa alrededor de la Luna era, no ya la mejor, sino la única forma cumplir con el objetivo.

El ninguneo fue mayúsculo, especialmente el que provenía de sus propios colegas, no sólo de burócratas que no supieran del asunto. Cuando hablaba para exponer sus ideas literalmente le pedían a la audiencia que no lo escuchara, que ese hombre estaba mintiendo, que sus datos eran falsos y que no tenía ni idea de lo que estaba hablando.

Sin embargo, descubrió la forma de perfeccionar el proceso de venta de la idea hasta hacerse escuchar y ser tomado en serio. Es verdad que para ello también se saltó unos cuantos canales en la jerarquía y estructura de NASA y fue aún menos ortodoxo empezando una carta al segundo de abordo con un literario «Somewhat as a voice in the wilderness, I would like to pass on a few thoughts

Houbolt no recibió el suficiente mérito de su empeño, de hecho, una vez tomada la decisión de utilizar su idea sobre cómo llegar a la Luna, ya no era suya, como ha pasado con otras grandes ideas de la historia: una cosa es la idea y otras muy distinta la ejecución.

Lo que si queda para la historia de esta cruzada personal  fue la respuesta que recibió a la carta, todo una declaración de principios para las empresas que necesitan ser innovadores a pesar de su organización.

…it would be extremely harmful to our organization and to the country if our qualified staff were unduly limited by restrictive guidelines

La perseverancia necesita sobre todo audacia, y con la dosis suficiente, a veces hasta sale bien.

La inutilidad de la retaliación

…el enemigo de ayer es el amigo de hoy, pues no hay política razonable sin capacidad de olvido.

Raymond Aron

En política – es decir, en todo – la táctica que menos rédito produce es la que se guía por la retaliación. A mi juicio, es la menos elaborada, poco inteligente y con menos margen de reconducción. Entre las más torpes, figura la retaliación orientada a los símbolos porque es sencillamente inútil. A los símbolos se les despoja de identidad y representación con hechos, y el más efectivo y contundente de los olvidos es el que nace de la indiferencia de los ciudadanos, el que termina asociándolo a tiempos peores.

La altura de las intenciones de un movimiento político de transformación no se demuestra con prácticas del pasado sino con aquellas que representan el futuro.

Las sociedades que han optado por ello les ha funcionado, se han transformado en medio de estatuas, calles y banderas del pasado y más de un mausoleo ha quedado limitado a un rentable atractivo turístico.

Antes que en demoler los símbolos es preferible concentrarse en derrumbar la impunidad y la pobreza.

Mucha torpeza para iniciar un año bisiesto.

¿Por qué las madres no mean solas?

Hechos:

Un cachorro humano urbanita, cuando tiene edad para ello, puede jugar solo y tranquilamente  en el salón de su casa mientras su madre se encuentra en cualquier otra habitación, aunque no la tenga a la vista. Pero basta que su madre busque un momento de privacidad y en un alarde de sigilo se dirija al cuarto de baño para que el cachorro humano vaya raudo a incordiarla, como si un resorte biológico activara alguna alarma. Ciertos estudios llegan a afirman que el 99,16% de las madres humanas han experimentado alguna vez el hacer del cuerpo mientras su cría permanece sentado en sus piernas sobarreándole el pelo.

Igualmente se ha observado que al cachorro humano le importa un bledo dónde está su padre. Salvo que necesite confesar una trastada cuyos decibelios de reprimenda sean inferiores a los de su madre o que simplemente necesite liarlo para sociabilizar las culpas.

Hipótesis:

Es una reminiscencia genética asociada a la supervivencia. En un pasado no muy remoto, en el que éramos cazadores-recolectores (aunque hoy no se note la diferencia); y en el que las crías prácticamente dependían de la visión periférica de sus madres (como hoy, vamos), el momento más vulnerable para los vástagos era aquel en el que su madre, respondiendo a otro instinto, buscaba un momento de solaz para obrar (en su acepción escatológica). Al aislarse, su supervisión perdía facultades, así que era el retoño quien tomaba la iniciativa de ponerse al amparo de su ángulo visual ante la eventualidad de que un tigre se lo cenara.

Al parecer, la exposición reiterada a este fenómeno ocasiona lesiones transitorias en el neocórtex de las madres que les imposibilita recordar de qué iba eso de mear solas.