El verano pasado asomaba en la nota, Si Bolívar hubiese tenido email, la inminente necesidad de legislar sobre la privacidad post mortem. Sobre todo el en ámbito de la información electrónica. No lo hacía con un sentido premonitorio, ni de pitonizo digital, sino con ese aire distendido presente en la popular canción de finales de los sententa, interpretada por la ungida por Dios Billo’s Caracas Boys, en la cual un Brujo se escudaba ante sus clientes de las consencuencias de sus predicciones con grave gruñido: Yo digo lo que veo.
Hace unos días leí con sorpresa (no me lo esperaba tan pronto) esta noticia, en la cual la familia de un soldado estadounidense, muerto en noviembre pasado en la invasión de Irak, reclamaba al servicio de email de la compañía Yahoo, acceso a la cuenta del difunto. Es probable que situaciones similares se hayan presentado con anterioridad, incluso desde hace años, pero lo que marca la diferencia ahora, es que probablemente se planteará un juicio, y se sentará precedente sobre el asunto, poco más o menos con la intencionalidad que les comenté en aquella nota. Yahoo se niega a dar acceso a los familiares, basándose en el acuerdo de confidencialidad que enmarca la cuenta gratuita que poseía el muchacho, y que no es más que un acuerdo privado. Y la familia argumenta su derecho de acceso a la cuenta, con el mismo sentido y razonamiento de quien reclama acceso a la caja de zapatos de los recuerdos que solemos albergar secretamente, en algún lugar de nuestro habitación.
Vale la pena seguir la evolución de esta situación. Porque permitirá también introducir otros elementos importantes, como por ejemplo, la validez legal el anonimato que pulula sobre Internet. Pongamos por caso: cómo demostrar que soy el deudo del propietario de una cuenta de correo electrónico cuyos datos son ficticios.
De momento, según se infiere de la nota de prensa, muchas familias que pasan por situaciones similares recurren a cerrajeros digitales, para violar la seguridad de las cuentas y así acceder a la información allí contenida. Vamos, el viejo truco. Pero no debería ser la forma.
Me late que la privacidad post morten debería ser un derecho humano. Creo que seguimos siendo humanos, sólo por el hecho de haberlo sido.
Ergo.
– – –
Nota del Cartero: Feliz año nuevo queridos lectores.
si Max B. violó el deseo de muerte de un tal Franz K. y publicó (no es eso lo peor sino: editó) – las obras del difunto (que en vida quería que luego de su muerte se quemaran) – parece que se puede hacer de todo con lo que los muertos dejan.
Que desastre.
Y… esas cuentas de email caducan, tarde o temprano la base de datos borrará todos los correos, al menos en yahoo ocurre eso, ¿qué va a pasar? ¿van a cometer una excepción en este caso por el jucio y van a retener la cuenta por más tiempo?
Makes no sense…
2005 🙂
Un beso
Feliz Año Susana.
Bueno, en todo caso depende de la legislación de cada país. Por eso es que se me antoja una situación compleja e interesante. Por ejemplo, en España, las empresas proveedoras de servicios de información y acceso (generalmente ISP) está obligadas por ley a llevar un registro de toda tu navegación. Tienen una prórroga por la implicación tecnológica, pero en teoría deberían hacerlo por si la justicia requiere acceso a ellas.
Igualmente, existe una ley que es la Orgánica de Protección de datos, que obliga a informar al usuario que los datos serán tratados informáticamente (almacenados). Está en el pie de página de casi cualquier sitio en el cual los pongas (tus datos), incluso si son falsos. Así tu tienes derecho de eliminarlos, con sólo comunicárselos, así como acceder a ellos y saber donde están o modificarlos. Con lo cual, en teoría, no podrían eliminarlos, tampoco. Vamos, que va estar divertido, me resulta interesante ver cuando gente que ni siquiera sabe usar una tecnología intenta legislar sobre ella.
Como siempre, un beso.
Ocatrapse.
Y la otra cosa… ¿si esos correos eran tan importantes para el scrapbook por qué no los guardaron antes de enviarlos o por qué no guardaron los que él envió? – y la práctica del scrapbook es algo que se acostumbra con cosas de los vivos también… Que complicación. ¿Y qué tanta difusión ha tenido esa noticia? La verdad es que yo veo CNN casi todo el día (menos cuando duermo) y no he visto nada al respecto – de Noviembre para acá.
xoxo
Sus
y feliz año 🙂
besotes
hey a dónde te envío la cartita??? 🙁