Caribe.

Lo que más me gusta de ser Caribe, es que no tuve que aprenderlo. Si hubiese tenido que estudiar para poder ver la noche más bella a través de los ojos de una mujer, o resucitar por las mañanas al amparo de sus muslos, les aseguro que estaría repitiendo unos cuantos cursos. No concibo cómo podría haber aprendido a caminar sin antes haber bailado, o a respetar a mis padres sin el protocolario saludo de la bendición(1), o a mezclar en mi lóbulo frontal la creencia en Dios, la virgen – y todos los santos – sin que estorbasen las ánimas del purgatorio, los aparecidos de carretera y los santeros de las montañas. Y mejor aún, sin que me importe que cada quien tenga sus dioses, según le cumplan.

Ser Caribe me permite abrazar a mis amigos y decirles que los quiero, sin necesidad de estar ebrio. Así como forjar verdaderas amistades más allá de la infancia o la adolescencia; es decir, hacer amigos ya en la adultez. Me permite gritar arrullos y acariciar con la sonrisa, sin que medie más compromiso que hacerlo cuando me plazca. Es una forma de ser que me licencia para llamar a un desconocido ¡compadre! por la calle y pedirlo todo, por favor.

El Caribe es un refugio compensatorio de todas las carencias que acarrean las razas que nos dieron origen. A veces pienso que las dejaron allí para que no se perdieran y poder irlas a visitar por vacaciones.

En el caribe aún creemos en los misterios y asumimos las historias repetidas como un cuento nuevo, al que se le debe el respeto de dejarnos sorprender. Esta mala costumbre nos lleva por ejemplo, a elegir siempre a los mismos ladrones como gobernantes y a ser adictos a las telenovelas.

El Caribe es una nación sin estado, sólo que no nos importa. Llena de mitos como la dejadez, la indiferencia ante la ignominia y la procrastinación; todos ellos injustos: Sólo baste recordar que madrugar en el caribe se le llama a estar en pie antes de las cinco de la mañana, y que tanto las amas de casa, el obrero, los estudiantes y los niños lo hacen. La diferencia es que allí nos quejamos como catarsis y no como forma de vida.

Este privilegio aleatorio de haber nacido auspiciado por la idiosincrasia espumosa de un mar noble, es a lo único que puedo asirme cuando la adversidad se pone antojosa. Y también el que me dice cómo debo comportarme cuando se me pide que sea yo mismo.

La gran desgracia del caribeño promedio, es que no sabe que lo es. No saberlo le impide conservar, proteger y mejorar aquello que lo define.

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(1)Perdir la bendición es una costumbre protocolaria de origen religioso que hace que hijos, nietos, sobrinos y ahijados le pidan la bendición a los padres, abuelos, tíos y padrinos. (algunas veces aplica también al hermano mayor) Sirve como saludo al igual que despedida. Un diálogo estandar sería: Solicitante: «Bendición, mamá.» Otorgante: «Dios te bendiga hijo.» Son permitidos diminutivos como «ción», «chón», «dición». En algunos pueblos y con ocasión de viajes o acontencimientos importantes, se suele bendecir en un formato largo y muy serio, aunque pueda resultar pintoresco, sobre todo por el uso de la forma de dativo posesivo de la primera persona singular (me). Por ejemplo: «Dios me lo bendiga y me lo favorezca y me lo haga un hombre de fundamento y me lo aleje de todo mal y peligro.»

13 pensamientos en “Caribe.

  1. Y el clásico «Dios me lo ampare y me lo farovezca, que le crezca y se le endurezca» para los varones de la familia 😉

  2. Me encantó tu post y creo que lamentablemente la distancia física de ese mar noble es lo que hace que el caribeño promedio no sepa lo que es.
    Saluditos

  3. Topocho: Si, me acuerdo, pero quería ser equitativo citando una para las chicas y no se me vino ninguna a la cabeza.

    Carito. Muchas gracias… a mi me gusta que les guste.

    Oca.

  4. Hermano, le faltó la música.

    Sin música, sólo somos una caricaura de lo que significa ser caribe o antillano.

    Si mal no recuerdo, hay una canción en donde se dice: soy caribe, soy tropical.

    Si hasta dicen que el término salsa, es de un venezolano: César Miguel Rondón. El de: El Libro de la Salsa.

    Un abrazo.

  5. Si Kbulla, tienes razón, tal vez la simbolicé con lo del baile. Déja ver cómo lo incluyo. Con lo que difiero es con la salsa, que me encanta, pero que no necesariamente es un símbolo inequívoco del Caribe… ¡ay! me estoy metiendo en camisas de once varas.

    Un Abrazo.
    Ocatrapse.

  6. Leyendo esto, la loca de la casa empezó a tararear sin ton ni son una cancioncilla del Dúo Dinámico: «Sabor Europeo», lo cual me llevó a pensar en lo que separa en significado el sentirse Mediterráneo o Caribeño, o sentirse blanco, negro, piel roja… Será que los mares son inclusivos y la diferencia está en los océanos?

    Conste que no fui yo, la loca dixit.

    Un abrazo pascual,

    Palas A.

  7. Me suscribo. Viva el Caribe!
    Y se me ocurre que a las damas se les podría bendecir con un: «mi niña, que Dios me la bendiga y no olvide que marido ordeñado no busca nuevo establo»

  8. Andino, no se, a ver… otro esfuerzo… que ese suena doblemente feo. Lo dejo por mi respeto a la libertad de expresión. Pero dificulto que una madre del Caribe de Hoy (y menos un padre) pueda decirle algo semejante a su hija.

    Gracias por la visita.

  9. NO SE DONDE ESTARAS, PERO POR LA FECHA ESCRIBISTE ESTE ENSAYO POR ALLA EN MARZO DE 2005. ME IMAGINO QUE ESTAS LEJOS DEL CARIBE PORQUE SEMEJANTE INSPIRACION NO LLEGA SINO CUANDO UNO ESTA MAS LEJOS DE LO QUE TANTO AMA.

    DESDE SIEMPRE HEMOS MIRADO AL CARIBE COMO BIEN LO DICES, UNA NACION SIN ESTADO, PERMITAME TOMAR ESTE ENSAYO, COMO UN DOCUMENTO DE APOYO, YA QUE EN ESTOS DIAS DESDE BARRANQUILLA ESTAMOS PROMOVIENDO UN MOVIMIENTO DE IDENTIDAD CARIBE. DE EDUCACION, CULTURA Y DESARROLLO SOCIAL Y ECONOMICO.
    SOY CARLOS ROJAS DIRECTOR DEL PROGRAMA LA TIENDA DE MI BARRIO DEL CANAL TELECARIBE, ESTE PROGRAMA SE EMITE TODOS LOS DIAS DE 6 A 8 DE LA MAÑANA DESDE LA CAPITAL DEL SOL CARIBE PARA TODA LATINOAMERICA.

  10. hemos reducido el ser caribe, a las hermosas playas, las tradiciones -saludos, mitos…- , en canciones y ritmos folcloricos populares…
    pero dejeme decirle algo, para el resto del pais n seguimos siendo sino los payasos, parranderos, que se la pasan en carnaval todo el año, y no hay ni para la comida ni para la educacion. somos una region sin voz, por sencillamente a quienes le dimos el poder de representarnos en la capital, estan todos presos, y no precisamente por ser honestos.
    hasta cuando costeño, cuando vas a dejar de echarte maisena, y vas a empezar a hacer algo por tu region, demuestra que esa herencia caribe, demuestra que nuestra gente es mucho mas creativa ue cualquier paisa, mucho mas amable, con calor humano, con mas empuje que los santanderianos para emprender proyectos. jovenes costeños deja un poco la rumba y dedica a estudiar y deja la farandula, SACA A TU REGION ADELANTE.

  11. Asi somos eso nos diferencia…..No tenemos que envidiarle nada a nadien al contrario los que nos critican siempre digo: «Todo es por la cochina envidia!!»

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