Bracitos a la altura de las costillas.

Tengo una amiga que sostiene que a las mujeres durante el embarazo, en lugar de crecerle las tetas, le deberían brotar dos bracitos a la altura de las costillas; que permanezcan allí por lo menos dos años, de forma de compensarles la limitación motriz que produce el desaprensivo cachorro humano. Yo la secundo, incluso estoy seguro que el posible cuestionamiento estético se enmendaría enormemente con semejante alarde de pragmatismo.

Se que voy en contra de los documentales de la BBC, pero a veces tengo el pálpito de que dejamos de evolucionar físicamente, el día que comenzamos a hacer herramientas, modificar el entorno e imponernos a su dictadura adaptativa(1). Así, con respecto a nuestro físico la cosa quedó como estaba y ya no nos saldrán bracitos a la altura de las costillas (lo siento por mi amiga). Vamos, que las mejoras por las que algunos cirujanos se hacen millonarios y muchos pechos se protuberan(2), es una adaptación a nuestro entorno, sí, pero por exigencias distintas.

En fin, que me da que si alguna oportunidad de evolución física queda pendiente, es más parecido a una tarea de quitar lo que sobra que de modificar lo que hay. Decir si no, que al primer mundo le vendrían bien algunas muelas menos, que los alimentos de hoy son muy blanditos. Para cosas nuevas, pues no estaría de más un emisor de infrarrojos en la punta de la nariz, para no tener que cargar con el mando de la tele, o un apéndice bluetooth en el ombligo para ahorrar en cables.

Si dais por lógicas estas impertinencias, querido lector, sería válido pensar que donde se podrían pronosticar muchos cambios, ante los cuales alardear de nuestra infinita capacidad de adaptación, es en la evolución intelectual. Pero por el lado del enrevesado reto de adaptarnos a nosotros mismos.

Al respecto mi amiga también tiene opinión. Lo que llamo evolución intelectual, ella la adjetiva de espiritual, y de hecho, hasta me cuestiona el uso descuidado de la palabra evolución, porque me dice que la cosa va de dejarse guiar por el instinto, al parecer alguna región atrofiada del cerebro primitivo.

Lo cierto es que casi siempre me gana, soy muy malo argumentando en las distancias cortas, y con explicaciones místicas y algún ritual mediante, me demuestra que la evolución no es de naturaleza racional, ni siquiera la del intelecto. A veces soy yo el que salgo airoso en mis argumentaciones, pero sólo en el plano de la lucha contra las desigualdades económicas y sociales, y todas esas tonterías filiales que ya a nadie el interesan. Curioso entonces, que la cosa queda que para ayudar al prójimo, asunto corrientemente asociado al lado espiritual, viene mejor una buena ración de análisis racional; y que para ayudarse a uno mismo no hace falta sucumbir ante la tangibilidad(3) del consumo, sino dar permiso a algunas audiciones de, tu voz interior.

Curioso.

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(1) Por fin, la RAE a incluído esta palabra en diccionario. Se podrá consultar en la próxima edición del mismo.
(2) Esta no existe, pero es una sugerencia, con una cadencia tropical.
(3) Tampoco existe, pero, todo se andará.

4 pensamientos en “Bracitos a la altura de las costillas.

  1. ummm, ¿vez lo que haces? Un comentario chiquito, que da para un post. Déjame pensarlo un poco… y lo pongo por escrito 😉

    PD:
    ¿Podrías desarrollar el concepto de constante, en el caso de la inteligencia?

    Saludos Topocho

  2. Qué tal estuvo eso de «dejamos de evolucionar físicamente el día que empezamos a hacer herramientas?» Fíjate que gracias a que los científicos han desentrañado el «misterio» del código genético, se ha descubierto que tenemos genes mutantes.
    Con respecto a qué antepasados no tan lejanos, no he tenido tiempo de investigar, pero de que somos distintos al homo sapiens, lo somos.
    *********************
    Coincido con tu amiga: La evolución del hombre no es intelectual ni racional, sino producto del crecimiento de su espiritualidad. ( Estar despierto, «ver», metafóricamente hablando)
    Mientras que los especímenes que viven en la tupida ceguera (color a escoger) se estancan o involucionan.

    Creo que a esa ceguera es a la que Saramago se refiere, lo que no sé es porqué la llamó «blanca»…. será para no despojar a los ciegos de su oportunidad de percibir La Luz, aún en su inconsciencia?

    Un abracito de inicio de semana,

    Palas A.

  3. Ante todo: Un beso Palas.

    emmm, en la primera parte me perdí… no me quedo con la inteción…

    ****
    que coincidas con mi amiga, pues si… lo esperaba 🙂 Pero que conste que a veces también le gano.

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    La luz, la evolución: Conozco muchos humanos que parecen plantas. ¿va de ceguera también?

    otro beso.

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